Nadia y Diego fueron al confesionario a pedir cigarrillos, pero la ley le propuso un juego. Tendrían que inventar una mentira que el resto del grupo creyera por al menos 3 horas para poder volver a fumar.
Para sostener la mentira, Nadia comentó al resto que Gran Hermano la había llamado para comunicarle una prenda que obligatoriamente cumplirían todos. Debían desnudarse en conjunto en la pileta, pero cubiertos solamente por espuma de afeitar. Pero la situación se le fue de las manos. Sin mediar presión, Jessica se ofreció a cumplir la supuesta prenda en nombre del resto. Pobre chica! Al final le puso el pecho al asunto y terminó desnuda sin ninguna razón valedera.
Para engañar a los chicos, a Nadia se le ocurrió idear una confesión acerca de su supuesta bisexualidad. Sorprendido, el grupo la atosigó a preguntas, y en ronda la morocha siguió condimentando con detalles su treta. Los chicos se prendieron al toque con la propuesta de Nadia, y quisieron indagar más. Al tiempo, la mentira siguió siendo comentada en los distintos grupos, pero no despertó suspicacias.