Día a día crece el conflicto entre Vanina y Griselda. La experta en ángeles no se guardó nada y confesó que no la soporta más. ¿La personalidad extrovertida de la mendocina genera problemas o le envidian su exuberante belleza?
La última semana de Griselda resultó más que movida. Por un lado, luego de su nominación, superó con éxito el duro reto que significa enfrentarse a la decisión del público y le ganó la pulseada a Melisa.
Pero todavía tiene que pelear otra gran batalla, esta vez al interior del hogar del Gran Hermano.
Es que los roces con Vanina son cada vez más evidentes y son tema de conversación en cada uno de los grupos que habitan la casa.
La experta en ángeles no pudo evitar sacar a la luz el conflicto, y ante Marianela reveló que le cuesta cada vez más convivir con la mendocina.
“No la soporto más, te lo juro” se la escuchó decir enfáticamente, al tiempo que se burlaba de ella repitiendo incesantemente sus movimientos y ademanes.
Sin embargo el odio es mutuo, y Griselda no dudó en calificarla de “arpía” y “santurrona” en charlas con su círculo más cercano, integrado por Jessica y Mariela.
“Lo que pasa es que te envidia porque ella (por Vanina) tiene un cuerpo de vieja machacada” le dijo la salteña a su amiga.
La tensión fue creciendo y llevó a la mendocina al confesionario donde intentó hacer uso de la nominación espontánea, pero alguien se le había adelantado.
En la segunda semana de convivencia las disputas entre los participantes se acrecientan, y aún tienen inesperados desenlaces. Seguí viviendo la experiencia Gran Hermano.