La salida de su sobrino, Fabián, de la casa de Gran Hermano, dejó a Romina sumida en una profunda angustia.
Minutos después de que Fabián abandonara la afamada casa, Romina se retiró a descansar y, entre lágrimas, recibió el apoyo reconfortante de Julieta.
“Con él aquí, sentía como si una parte de mi familia estuviera aquí, a mi lado, junto a las niñas”, compartió Romi mientras dejaba escapar su conmoción.
La exdiputada también expresó su esperanza de que sus tres hijas tengan la oportunidad de entrar en la casa. “Durante todos estos días, observaba la puerta. Las extraño, y cuando ves a un miembro de tu familia, todo parece mejorar”, explicó.
“Ahora me siento nuevamente sola”, afirmó con pesar la exdiputada, añadiendo que supone que votaron por Fabián debido a que era su sobrino y no un “familiar directo”. “Él es mi sobrino, pero aquí, en esta atmósfera, era mi sostén”, concluyó Romina.