La emocionante culminación de Gran Hermano 2016 dejó a los espectadores al borde de sus asientos mientras los finalistas competían por alcanzar el codiciado título. En este emocionante capítulo, Mauricio Guirao se convirtió en el tercer eliminado de la final y aseguró el último escalón del podio en una posición que capturó el 18,13% de los votos del público. Tras las salidas de Yasmila y Leandro, el Gringo se destacó como uno de los concursantes más influyentes de la temporada.
El viaje de Mauricio por la Casa fue un recorrido de evolución y crecimiento. Aunque su motivo inicial para entrar a Gran Hermano se cumplió antes de las instancias finales (gracias al apoyo de Jorge Rial, logró que su familia lograra la adopción definitiva de su pequeño hermano), su presencia en el juego no se desvaneció, sino que se fortaleció.
Desde su inicio como miembro de Los Primos, Mauricio gradualmente se distanció de este grupo para unirse a la Banda del Tío. Aquí, emergió como el aliado principal de Luifa, consolidando su posición a medida que el grupo sufría bajas. Aunque hacia el final del juego experimentaron cierto distanciamiento, su relación perduró en gran medida sin cambios significativos.
A lo largo de su estadía en la Casa, Mauricio vivió momentos memorables, entre ellos un breve pero intenso romance con Ainelén, una de las nuevas participantes que ingresaron en un repechaje junto a Bárbara. Sin embargo, uno de los momentos más sorprendentes ocurrió cuando el Gringo anunció en un giro inesperado que deseaba abandonar la competencia a tan solo un día de la gran final. Su determinación fue puesta a prueba cuando una conversación en vivo con Jorge Rial lo hizo reconsiderar su decisión, llevándolo a seguir adelante con la competencia.
El impacto de Mauricio en Gran Hermano 2016 fue innegable, y su tercer lugar en la final lo confirmó como un concursante que dejó una huella perdurable en la temporada. Su evolución, desde cumplir su objetivo personal hasta su papel en las alianzas dentro de la Casa, demostró su capacidad para adaptarse y enfrentar desafíos inesperados.