Julieta experimentó una jornada cargada de emociones en la casa de Gran Hermano al reencontrarse con sus padres y hermana. Sin embargo, las sorpresas continuaron cuando Lucca, su novio, hizo su inesperada entrada, desatando la alegría de la bailarina.
Al ingresar al espacio común, Julieta se abrazó efusivamente y compartió momentos emotivos con Pato, Julián y Lola. Santiago del Moro, a través de una videollamada, conectó a Julieta con su familia y le presentó a Lucca, quien estaba en el estudio. Con la aprobación de Gran Hermano, Lucca se dirigió hacia la casa, añadiendo un giro inesperado a la jornada.
La presencia de la familia trajo consigo sabios consejos. La mamá de Julieta le recordó disfrutar de cada instante y no preocuparse por los resultados pendientes. Pato, por su parte, le animó a vivir intensamente estos últimos momentos en la casa. La tensión aumentó cuando Santiago reveló que dejarían el espacio del SUM a Julieta y Lucca, con un guiño picante y un mensaje sobre consentimiento.
Esta emocionante experiencia demuestra cómo los afectos y las sorpresas pueden cambiar radicalmente el ambiente en la casa de Gran Hermano, generando instantes únicos en la competencia.