En una jugada estratégica inédita, Julieta implementó la nominación fulminante en la casa de Gran Hermano, seleccionando a Camila como la destinataria de esta nominación directa, que la envió directamente a la 17ª placa de nominados.
La bailarina comenzó su confesión en el confesionario con una solicitud de confidencialidad, expresando sus pensamientos sobre la decisión que estaba a punto de tomar. Anticipó que esta elección podría generar controversia, pero afirmó que no deseaba reprimir ningún sentimiento durante su tiempo en la casa.
Julieta fue enfática en su resolución, explicando que no quería guardar ningún anhelo en la casa y, por lo tanto, eligió nominar a Camila. Su elección se basó en su percepción de algunas actitudes de Camila que levantaron dudas en su mente, incluyendo comentarios contradictorios y una actitud ambigua en situaciones de conflicto.
La participante también argumentó su nominación desde una perspectiva estratégica, aludiendo a la posibilidad de que ella y su compañera Dani fueran nominadas juntas si Camila continuaba en la competencia. Julieta consideró que al seleccionar a Camila para la nominación fulminante, se dispersarían los votos y se rompería la tendencia de enfocarse en una sola persona.
Con confianza en la sabiduría colectiva de los espectadores y la percepción que tienen de los acontecimientos en la casa, Julieta dejó en manos de la audiencia la decisión final sobre la nominación, confiando en que su elección sería comprensible y valorada.