Ante la falta de cigarrillos, que tiene preocupada a toda la Casa, Viviana decidió desafiar a Gran Hermano para conseguir unas fichas. La morocha apostó que se iba a meter 15 minutos en la cama de cada uno de los chicos. La recepción de los hombres, salvo Diego –que la rechazó de mala manera-, fue positiva. Pero el problema se produjo cuando se enteraron las mujeres. Natalia se puso a llorar al verla en la cama de Pablo y a Romina tampoco le cayó nada bien su intromisión con Eduardo. Además de perder la apuesta, Vivi fue cuestionada por casi todas las chicas.