Para ganar cuatro fichas, Gran Hermano le planteó un desafío a Eduardo: simular que se atragantaba con un botón escondido en la comida, en pleno almuerzo. La interpretación de Edu fue tan convincente, que varios de los integrantes de la Casa se asustaron en serio. Y cuando les dijo la verdad a sus compañeros, algunos aceptaron la situación, sabiendo que se trataba de un desafío (Sebas, Vivi) y otros no, pensando que era una broma pesada (Carla, Analía).