Luego que los integrantes de la Casa “amanecieran” a media tarde, Gran Hermano llamó a Fernanda a la Sala de Intimidad y Misterio. La asistente social imaginaba que el motivo sería su cumpleaños. Pero su cara de sorpresa fue mayúscula al encontrar, en ese lugar, a su perra Valentina, de la que habló muchísimo durante estos días. Posteriormente, Fer charló con su amigo Marcelo, y dispuso de media hora para disfrutar de la compañía de la pichicha. Tantos regalos y sorpresas quizá la hagan olvidar de la nominación que tan fuerte le pegó el martes a ella y a sus cuatro compañeros.