La despedida fue más emotiva que la de muchos participantes que estuvieron más tiempo en la Casa. Con su verborragia y desparpajo, Inma González se metió en el corazón de todos los chicos, y a la hora de irse nadie podía ocultar la tristeza. Lo cierto es que el sábado por la tarde, enfundada en un elegante trajecito celeste, la andaluza dijo adiós y partió rumbo a Madrid. “Son gente fantástica, con un corazón gigante”, se despidió entre lágrimas. “Me encantó conocerte, sos una grande”, respondió Vivi en nombre de todos.
