Hablando sobre la razón por la que entró cada uno a la Casa, Romina contó su difícil presente. “Necesitaba un cambio en mi vida. Estudié, me recibí y todo pero no hice nunca lo que quise”, admitió. Pero luego fue más allá todavía: “Tengo 26 años y no sé qué quiero de mi vida”, confesó. Varios de los chicos dijeron que les pasaba lo mismo, entonces ella se animó a seguir. “No estoy feliz. Mi vida es como una confusión, y eso se lo transmito a los demás”, sentenció. ¿Le permitirá esta experiencia tener más claros sus objetivos?