Primero se mimaron durante varias horas, un poco entonados por el alcohol que Gran Hermano les dio para la fiesta de la noche. “Qué lindo que sos”, le dijo Naty. Se recostaron juntos, frente a frente, y finalmente Pablo le dio un beso, que no se vio pero sí se pudo escuchar. “Perdón, no lo voy a volver a hacer”, se excusó, pero la siguió besando. “¿Estamos haciendo bien? Te quiero, no lo puedo creer”, le susurró él al oído. “Me encantó”, le contestó ella.