Si la inesperada oportunidad que le dio el público de quedarse en la Casa influyó en la actitud de Viviana, la charla con Eduardo, en donde el deportista le recomendó relajarse más y abrirse a sus compañeros, hizo lo que faltaba. Por eso, cuando la morocha se juntó con los chicos -después de la charla- se tomó para bien que Analía se mofara de su forma de preguntar y de usar la planchita. Y cuando bromearon sobre sus orejas, las mostró a propósito para la risa de todos. Recordando, con los demás, cómo era ella durante la primera semana, fue clara: “No estaba acostumbrada a relacionarme con gente normal”, admitió.