Fiesta, regalos y lágrimas

Así como el día de su cumpleaños había empezado mal y en soledad, la noche terminó perfecta y en compañía. Gran Hermano y los chicos armaron una fiesta para Fernanda en la que no faltó nada. Mientras la asistente estaba en el confesionario, sus compañeros llenaron el living de guirnaldas y globos, y repartieron bonetes, pitos y matracas para todos. Al salir, Fer se encontró con la sorpresa, que incluyó un ramo de rosas, ositos de peluche y tarjetas de su gente querida. La asistente se emocionó y después dio rienda suelta al baile junto a todos su compañeros. Hubo cumbia, salsa, trencito y actuaciones. Lo que se dice una fiesta inolvidable.