“Estaba convencida de que me iba yo”

Feliz e incrédula. Así se sintió Natalia cuando se enteró que no era ella la sexta expulsada de Gran Hermano. Sin poder contener las lágrimas, se abrazó con cada uno de sus compañeros y no paró de repetir que se imaginaba otro desenlace. “Estaba convencida de que me iba yo”, aseguró una y otra vez, y todavía temblando confesó: “Estaba preparada para otra cosa”. El otro que festejó fue Pablo, que la apretó entre sus brazos y le dijo “tenemos una semana más para chapar”.