Pablo parece haberse convertido en un predicador en estos últimos días. “Mi vida es muy mágica. No te la quiero contar porque no lo vas a creer”, llegó a decirle a Gustavo, que no pudo evitar anunciar: “¡Enloqueció un integrante de Gran Hermano!” “Tengo un don y lo tengo que usar para el bien. Me curo a mí mismo haciendo cosas por los demás”, le confesó a Ximena en la mañana del miércoles. “Y la verdad es que creo que miento, porque si yo digo cómo soy en serio, todos se alejan, porque no están acostumbrados a recibir amor”, siguió Pablo, ya con lágrimas en los ojos. La Negra trató de comprenderlo, pero no encontraba demasiadas palabras para decirle.