Lentamente los chicos se van adaptando a la Casa. Durante la noche, Magaly y Carolina salieron a probar la pileta. La primera se animó a entrar, pero para Caro el agua estaba muy fría. Por eso, decidieron ir a la sala de relax, donde la temperatura siempre permite estar ligero de ropas. Al ver esto, los chicos se pusieron “ansiosos” y quisieron entrar ellos también. Después de un rato de pesada insistencia, comprendieron que ellas no iban a abrir la puerta. “Me da bronca que piensen cualquiera”, comentó ofuscada Magaly. Al rato, Maxi se acercó y pidió permiso. Finalmente lo dejaron entrar. “No lo puedo creer, que alguien vea esto”, decía incansablemente el ex jugador de squash. Durante la visita a la sala, los chicos no descubrieron la cámara oculta, aunque sospecharon de su existencia.