Máximo y las liendres rebeldes

El tratamiento de Máximo no va del todo bien. El lunes, Gran Hermano tuvo que llamarlo al Confesionario y recordarle que esa mañana no se había lavado con el producto especial, ni se había pasado el peine fino que el sábado le había facilitado. Carolina fue entonces la encargada de lavarle el pelo en la cocina, y de peinar pacientemente la larga cabellera de Maxi. Al parecer, los pequeños animales estaba en plena procreación cuando le descubrieron a Maxi la pediculosis, a juzgar por la cantidad de huevos que habían dejado. “¡Chicas, miren qué cantidad de liendres!”, exclamó Carolina, sin ocultar su sorpresa.