Lluvia de indirectas

Un nuevo juego encendió a los participantes, aunque ocultos detrás de supuestas máscaras risueñas. La diversión consistía en imitar a otro de los participantes, y ésto provocó algunas risas y algún que otro escozor. Así, Pablo (Máximo en realidad) abrazó a Carolina (interpretada por Gonzalo) y ésta se dejó sacudir mientras decía “ubicate Pablo”. Máximo (Gus) y Roberto (Silvina) reeditaron su pelea verbal y casi a los golpes mientras él se enroscaba los “moñitos” del pelo. Luego, Carolina (Gonzalo) volvió a “histeriquear” a Pablo (Max), y Carolina, la verdadera, con apenas unos gestos dejó muy en claro que le dolió mucho la imitación de Gonzalo. La ocasión fue aprovechada por Gustavo, el real, que en su papel de Máximo, se exedió, y llevó hasta extremos insoportables el estilo arrogante que transmite el jugador de squash. Nadie reaccionó al ser representado, pero hubo demasiados “entre líneas” que llegaron a espesar el ambiente.