De repente el living se llenó de lágrimas en la madrugada del viernes. En el tópico del día los chicos tenían que decir a quién le pedirían perdón y por qué. La que más lloró fue Ximena, que prefirió guardarse el destinatario de su mensaje. “Creo que si tengo que pedirle perdón a alguien lo voy a hacer en su momento, acá no es el mejor lugar para hacerlo”, dijo muy decidida. Pero inmediatamente, mientras Roberto le pedía disculpas a sus ahijados, la Negra se quebró y comenzó a llorar. Los mimos de Gustavo, que al igual que todos sospechaba a quién le tendría que pedir perdón, no fueron suficientes, y a Xime le tomó un largo rato recuperar la calma.
Cuando caía la noche, los chicos salieron de nominar un poco conflictuados, como siempre. Ximena tomaba mate en el jardín con Roberto cuando ambos comentaban cómo había sido su votación en el confesionario. “Yo elijo de acuerdo a mi lista de afinidades, porque todos la tenemos, sólo que hay gente que no lo quiere decir”, dijo el Negro. “Claro, porque no se quiere comprometer”, acotó con saña Ximena.
Los chicos, y sobre todo la Negra, especularon con que cualquiera puede salir nominado. Tal vez no se siente del todo a salvo pero sí sabe que ya no es como antes, cuando tenía la certeza de que sí o sí sería sometida a la voluntad popular.