La partida de Gonzalo dejó desarmada a Yazmín. Por la mañana, y cuando todos se preparaban para completar la filmación de Romeo y Julieta, ella no pudo escapar de la cama. Bastante más tarde, cuando todos sus compañeros ya estaban en plena actividad, se vistió, fue hasta el baño, y se sentó algunos minutos, mientras caían lágrimas de sus ojos. Habrá que ver si ella resiste la presión, después de que el cantante de la casa decidiera abandonar el juego.
Horas más tarde, después de las lágrimas, los chicos tuvieron la oportunidad de analizar un poco más fríamente la salida de Gonzalo. “Todavía tengo la imagen del chabón diciendo que se iba”, recordó Pablo, junto a Gustavo y Roberto. “Yo un poco me enojé, me sentí defraudado… pero no le podía decir nada”, agregó el bailarín. “Me pareció muy egoísta porque no me dio la oportunidad de que yo me despida”, continuó. Gustavo, que lo venía escuchando atento, sumó lo suyo: “Evitó que que le digamos que no se fuera”, concluyó el fierrero, de acuerdo con el galán.
Llegada la noche, y mientras los chicos aún no superaban el duelo por la salida de Gonzalo, algunos ya comenzaron a pensar cómo sigue el juego. Sabiendo que deberá entrar un suplente, más de uno empezó a hacer especulaciones. “¿Qué harías si encontraras al nuevo durmiendo la siesta con Córdoba?”, le preguntó risueña Silvina a Pablo. “La dejaría”, respondió el bailarín sin inmutarse. “¿Y si el pibe está durmiendo con Ximena?”, probaron a Gustavo. “El pibe es un fenómeno… a ella no le daría más pelota”, coincidió el fierrero. “Acá parece que nos quieren decir lo que tenemos que hacer”, se despachó Alejandra. “No, es una cuestión de respeto”, intentó esconder los celos Pablo.