A pesar de que constituía su mayor enemiga dentro de la Casa, Magaly no disparó contra Ximena al salir de Gran Hermano. Con la Negra la disputa estaba blanqueada y cuando Maga tuvo dar el último adiós, prefirió despedir a la amante de los perros con un abrazo. En cambio, distinta fue la reacción de la Rubia con otros de los participantes.
Cuando estuvo con Solita, Magaly tuvo un tiempo para contactarse con los chicos y los destinatarios de sus ironías fueron Gustavo, Gonzalo y Alejandra. Al fierrero le dijo que ya se podía quedar tranquilo, que no lo iba a molestar más. A Gonzalo le pidió que le cante, y después se rió de que a pesar de cantarle la nominaba y quería que se fuera de la Casa. Y a Alejandra, la tranquilizó diciéndole que ahora Pablo quedaba solo para ella.
Como ocurre cada vez que uno de los participantes deja la experiencia, este domingo el ánimo no fue el mejor. Los chicos encontraron en el sueño una forma de olvidar el difícil instante de la salida. Algunos, como Roberto, estaban un poco arrepentidos de no haberle brindado mayor apoyo a Magaly, mientras que otros, con Ximena a la cabeza, sentían que el del sábado había constituido el triunfo definitivo de una facción sobre la otra.
La que más sufrió la salida de Maga fue Yazmín, quien a pesar de estar muy cerca de Gonzalo, entre las mujeres formaba grupo con Carolina y Magaly, las dos últimas expulsadas. En la semana, la chica de Banfield ya había anunciado que se pondría muy complicado el panorama para ella en caso de que se fuera su aliada. El domingo estuvo deprimida casi todo el día, le costó levantarse, y encontró sólo en los mimos de Goni una razón para seguir disfrutando de su experiencia en Gran Hermano.