A puro sentimiento

Por la tarde, el romanticismo volvía a ser tema de diálogo en la casa de Gran Hermano. Porque Magaly, volvió a hablar por enésima vez de la relación que tiene con Gustavo. Ella siente que hay una presión constante del grupo sobre ellos dos. “Cada vez que él está cerca tuyo se termina alejando porque no soporta los comentarios de los chicos”, le dijo Alejandra a la rubia. La conclusión de Magaly fue que la próxima vez que se sienta incómoda por un comentario lo va a decir abiertamente. Ale y Yazmín coincidieron en que esa puede ser la solución. Pero Yaz fue más profunda. “Vos estás todo el tiempo pendiente de él”. Maga se defendió admitiendo que le gusta Gustavo, pero que no se muere por estar con él.

La tarde sorprendió poderosamente a los participantes. Porque al parecer, el encierro, aunque todavía no lleva tanto tiempo, ya trajo extrañas consecuencias. Dentro del grupo, se viven momentos de intensa paranoia. Algunos chicos están convencidos: hay ratas en la casa. El rumor, que se había iniciado a la mañana, cobró fuerza cuando un grito alertó sobre la presencia del roedor en el establo. La mayoría optó por ir en la búsqueda del animal, pero Carolina no aguantó la situación y prefirió instalarse sobre la cómoda. “De acá no me bajo más, me voy a traer mis cosas”.

Por la noche, la actividad llegó de la mano de Carolina: “Me dijo que “apriete” y estoy grabando”, dijo Caro a sus compañeros mirando la cámara y analizándola como si fuera un ovni. Es que Gran Hermano decidió darles una videocámara por un día a cada uno para que grabe las escenas que quiera. Carolina recibió la noticia y se convirtió así, en la primera “directora” de las imágenes que quedarán inmortalizadas. Ni bien se asomó por la lente de la cámara, sus compañeros corrieron a ponerse del otro lado. Así, se fueron presentando de a uno y se divirtieron desde haciendo un recorrido por la casa hasta simulando una nominación.