Consejero del amor

Mientras los chicos hacían el último esfuerzo por llegar hasta Ushuaia con sus bicicletas fijas, Lucho y Silvina compartían una charla que sólo el oído atento de Gran Hermano pudo descifrar. El tema, como era de esperarse, era Pablo, y la aparente atracción que Silvina siente por él. “No es que me muera. No es una cosa gigante…”, se le escuchó decir a ella, tratando de quitarle importancia al asunto. Lucho prestó su oreja, y balbuceó algunos consejos para animar a su amiga.