A Gustavo le duró poco la alegría de no ser nominado para salir de la casa. Su gesto de victoria, que pudo verse por televisión, fue eclipsado rápidamente, cuando el mismo sábado a la madrugada realizó un salto para esquivar a sus compañeros que estaban recostados en el living, y cayó mal, golpeándose el dedo chico del pie izquierdo. El domingo a la mañana se levantó dolorido y por la tarde pidió ser atendido por un médico, que, bajo las estrictas normas de aislamiento que indica Gran Hermano, le realizó dos placas para verificar que no se tratara de una lesión ósea. El profesional le recetó un analgésico y le recomendó que se pusiera hielo durante unos días. Sólo un susto, por suerte.
