La tarde venía muy tranquila, mientras Fernando, la Colo y Martín pasaban un rato en el patio. Y de repente… la inconfundible voz de un locutor de fútbol irrumpió el silencio. No podían detectar su origen , pero Fernando instintivamente repitió lo que el aseguró oir: ¨¡Goooool de Boca Juniors!¨. El xeneize del grupo saltó de alegría y lo abrazó a Martín. ¨¡Qué grande Boquita!¨, dijo Fer hasta el cansancio. Verónica, que también es de Boca, festejó con él. Luego, todos entraron y Fer fue volando a la pieza a ponerse la camiseta de su equipo favorito. Fernando ya había tenido la alegría de su vida esta semana cuando no sólo lo conoció en persona a Maradona, si no que el Diego le regaló su arito.