Mientras Marcelo, Santiago y Daniela cocinaban, Fernando y Gastón tejían sus propios planes. Alejados del resto del grupo, hablaron en secreto en la habitación de las chicas. La decisión fue tomada rápidamente. El blanco: otra vez Tamara. El plan esta vez no incluyó conspiraciones. El objetivo fue despertar y molestar a Tamara, que dormía plácidamente en un sillón. El encargado de ejecutar el plan fue Gastón. A pesar de sus dos intentos, la India siguió durmiendo sin enterarse de los “maléficos” planes de sus compañeros.