Gran Hermano le ordenó a los participantes aguardar en una habitación mientras se ponían a punto los elementos para la prueba. Santiago no perdió el tiempo, y se dedicó a mimar a Tamara al ritmo que imponía Alejandro Sanz. Al principio fue más de lo mismo, pero con el correr de los minutos el clima se fue calentando. El clímax llegó cuando él le quiso dar un beso, pero ella se negó. A pesar del intento fallido, el camino hacia la pasión parece irreversible.