La casa de Gran Hermano vuelve a recibir a visitantes conocidos con un objetivo especial: respaldar a los finalistas que están a punto de cruzar la línea de meta. Tomás, Martina y Mora, nombres que dejaron su huella en ediciones anteriores, han regresado con una misión crucial. Tomás, el primero en reingresar, extendió sus felicitaciones a los finalistas, mientras que Martina, a pesar de su historia con Julieta, busca dejar atrás las diferencias en pro de una causa común. Sin embargo, la reaparición más emotiva vino de la mano de Mora, cuyo cálido abrazo a Nacho reafirmó los lazos que perduran más allá del tiempo.
La voz de Santiago del Moro introdujo el giro estratégico: estos ex participantes no están allí solo para revivir viejas memorias, sino para asegurar votos como jefes de campaña de los finalistas. La dinámica de esta semana los ubica en un papel fundamental, ya que las decisiones de quienes los apoyaron en el pasado ahora recaen sobre ellos. La posibilidad de un “voto positivo” como factor de cambio añade un elemento de suspense en esta etapa crucial. Tomás, Martina y Mora estarán presentes hasta el viernes 24 de marzo, fecha en que se promete una sorpresa de impacto.
Con remeras que proclaman su lealtad a los finalistas, Tomás, Martina y Mora no solo aportan su apoyo sino también un toque de estrategia a la recta final. En esta edición de Gran Hermano, los protagonistas actuales se unen a las voces del pasado en una campaña que puede cambiarlo todo.