Gustavo Jodurcha no sólo quiere ganar el premio final de Gran Hermano. Quiere mostrar al mundo su faceta artística. Porque canta, baila y hace imitaciones. Escribió y protagonizó espectáculos de café concert y teatro a la gorra con amigos. Gracias al ojo de Gran Hermano, tal vez puedan reconocerlo quienes lo vieron haciendo su unipersonal en alguna cena-show.
Pero no sólo del arte vivió Gustavo. Luego de terminar la secundaria, trabajó como peletero en una empresa familiar durante tres años. También fue bombero voluntario durante un año. Estudió Medicina y Administración y Gastronomía hotelera en La Plata, aunque no terminó ninguna de las dos carreras.
“Cocoi”, como lo conocen todos, pasó sus 30 años en Quilmes, en el sur del Gran Buenos Aires. Allí vive con sus padres, con quienes comparte todas sus alegrías y tristezas. No son los únicos integrantes de su familia: también tiene un hermano y dos hermanas. Además estuvo casado: de esa relación tiene un hijo de un año y medio con el que asegura mantener una relación muy poderosa.
De aspecto muy cuidado -su pelo cortito habitualmente peinado con gel da cuenta de ello-, a Gustavo también podrán reconocerlo sus clientes, ya que se gana la vida como pizzero y electricista. Es decididamente multifuncional: sabe hacer y hace de todo. Veremos como se desempeña con sus once compañeros y si sus dotes artísticas satisfacen al público de Gran Hermano.