Lorena González

Si una de las propiedades del clima frío es la de templar el carácter, el sur argentino parece haber dejado sus huellas en Lorena González. Ella será una de las personalidades fuertes dentro de la casa, dueña como es de un estilo más que particular para relacionarse con la gente.

Santacruceña de nacimiento, llegó a Buenos Aires a los 20 años para ir a vivir con una tía, lejos de sus padres y de sus 7 hermanos. Tiene 30 años, y de un matrimonio que empezó cuando tenía 23, hoy le quedan un hijo y un ex marido, que también fue su socio cuando se dedicó al negocio de la construcción.

Una madre joven, inquieta y creativa: esa es la mejor manera de definir a Lorena. Hoy su trabajo es más bien el de una decoradora. “Me dedico a la remodelación de propiedades de estilo o modernas. Me molesta la monotonía, y siempre estoy pensando en qué puedo crear”, explica.

“Me gusta vivir mi vida”, afirma. “Analizo muy bien las cosas antes de realizarlas. Pero si me va mal, no me culpo, porque de alguna manera siempre estoy preparada para eso. No puedo vivir pensando en lo que podría haber hecho. Prefiero hacer las cosas. Y además, me gustan los desafíos”.